Anoche le leí el capitulo CXXXII el titulo ya no me gusto...
- LA MUERTE -
Encontré a Platero echado en su cama de paja, blandos los ojos y tristes. Fui a él, lo acaricié hablándole, y quise que se levantara...
El pobre se removió todo bruscamente, y dejó una mano arrodillada... No podía... Entonces le tendí su mano en el suelo, lo acaricié de nuevo con ternura, y mandé venir a su médico.
El viejo Darbón, así que lo hubo visto, sumió la enorme boca desdentada hasta la nuca y meció sobre el pecho la cabeza congestionada, igual que un péndulo.
- Nada bueno, ¿ eh ?
No sé qué contestó... Que el infeliz se iba... Nada... Que un dolor... Que no sé qué raíz mala... La tierra, entre la yerba...
A mediodía, Platero estaba muerto. (Aquí mi hija me pregunto sobresaltada, ¿Se ha terminado Platero? en sus ojos apuntaban las lágrimas. Seguí leyendo con una sospechosa carraspera...) La barriguilla de algodón se le había hinchado como el mundo, y sus patas, rígidas y descoloridas, se elevaban al cielo. Parecía su pelo rizoso ese pelo de estopa apolillada de las muñecas viejas, que se cae, al pasarle la mano, en una polvorienta tristeza...
Por la cuadra en silencio, encendiéndose cada vez que pasaba por el rayo de sol de la ventanilla, revolaba una bella mariposa de tres colores...
Platero y yo (Juan Ramón Jimenez)
¿No me leerás mas a Platero? Me pregunto otra vez mi pequeña...
Ejercí otra vez de experto carraspeador y le conteste que si, que tener el libro y leerlo nos permitia jugar de nuevo con Platero en los prados de Moguer, ver con él el vuelo de las mariposas, comer con él las uvas de la vendimia, jugar con los niños, saltarnos o leer las veces que queramos el capitulo CXXXII, repasar los números romanos...
Me dio un beso y me dijo: Buenas noches papa.
5 comentarios:
Me has emocionado Groucho. Un beso
Que bonitooooo!! Está barbaro lo que haces, por varios motivos, uno es el de hacerla disfrutar con su imaginación a la muchachita, y otra para inculcarle la idea y el gusto por la lectura.. imprescindible para el conocimiento y las ganas de aprender de una persona.
Saludos!
Te felicito por la selección de la lectura y a tú hija también, por aceptarla. Platero no es un borriquillo convencional, es de peluche... Por esos despierta tanto afecto.
Es la ventaja que tienen los libros, los puedes leer por donde quieras y las veces que quieras... nada como los buenos libros buenos... todos terminan emocionando...
Sinceramente, enternecedor tu relato.
Saludos, y un abrazo.
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