El rating o calificación de la deuda mide la capacidad de un país, Gobierno o empresa para hacer frente a su deuda y por lo tanto, el riesgo que conlleva invertir en ella. Cuanto mayor es el riesgo, peor calificación, debido a la probabilidad del impago de esta. La calificación indica a los potenciales inversores el riesgo que asumen al invertir en un producto financiero y es en la práctica un varapalo seguro en los mercados de deuda y por tanto en los costes de financiación del déficit. La rebaja de la calificación de cualquier país de la UE es por tanto una mala noticia con repercusión directa en la economía europea.
El riesgo soberano, también conocido como riesgo país, es un término muy relacionado con el concepto de prima de riesgo. Suele utilizarse también para referirse a la calificación de riesgo dada a un Estado por las agencias de calificación de riesgos para determinar la posibilidad de que éste cumpla o no con sus obligaciones financieras.
Las calificaciones dependen de varios factores. Por una parte la probabilidad de pago, entendida como la capacidad e intención del emisor para cumplir con
sus compromisos financieros. Por otra parte, la protección ofrecida en caso de quiebra y otros hechos que puedan afectar los derechos del acreedor. La calificación de la deuda la realizan las agencias de calificación de riesgos. Las agencias de calificación de riesgos, agencias de clasificación de créditos o agencias de rating otorgan sus notas a los productos financieros o activos de empresas, estados o gobiernos regionales (comunidades autónomas y estados federados). Las principales agencias de calificación de riesgo son Moody's, Standard&Poor's (S&P) y Fitch, que suministran calificación de deuda a largo y a corto plazo. Utilizan un sistema alfabético que determina la calificación de crédito, pero cada una utiliza una escala propia. Una de las críticas habituales a las agencias de calificación es su influencia extrema en los mercados y su escasa responsabilidad en el caso de que sus evaluaciones no sean las correctas. En este sentido,han sido incapaces de prever las grandes crisis bancarias, por lo que sus vaticinios no hacen más que acrecentar las crisis, nunca evitarlas.
sus compromisos financieros. Por otra parte, la protección ofrecida en caso de quiebra y otros hechos que puedan afectar los derechos del acreedor. La calificación de la deuda la realizan las agencias de calificación de riesgos. Las agencias de calificación de riesgos, agencias de clasificación de créditos o agencias de rating otorgan sus notas a los productos financieros o activos de empresas, estados o gobiernos regionales (comunidades autónomas y estados federados). Las principales agencias de calificación de riesgo son Moody's, Standard&Poor's (S&P) y Fitch, que suministran calificación de deuda a largo y a corto plazo. Utilizan un sistema alfabético que determina la calificación de crédito, pero cada una utiliza una escala propia. Una de las críticas habituales a las agencias de calificación es su influencia extrema en los mercados y su escasa responsabilidad en el caso de que sus evaluaciones no sean las correctas. En este sentido,han sido incapaces de prever las grandes crisis bancarias, por lo que sus vaticinios no hacen más que acrecentar las crisis, nunca evitarlas.
Una excelencia difícil de alcanzar
Solo cinco países en todo el mundo han conseguido hasta la fecha recuperar la matrícula de honor crediticia concedida por la agencia de Standard & Poor's después de que la hubieran perdido en alguna ocasión, para lo que necesitaron entre nueve y 18 años. En concreto, los únicos cinco países que por el momento han logrado regresar a la máxima categoría de solvencia tras haber perdido la triple A de S&P son Canadá, Suecia, Finlandia, Australia y Dinamarca. Entre los países europeos que lograron este hito, Dinamarca recuperó la nota AAA en el 2011 y Finlandia en el 2002, mientras Suecia reingresó en el selecto grupo de economías más solventes del mundo en el 2004. El presidente del comité de ratings soberanos de S&P, John Chambers, explicaba en una conferencia celebrada el pasado verano que estos países lograron recuperar la triple A tras aplicar durante un periodo sostenido de tiempo "programas sustanciales de consolidación fiscal".
Las notas
En el caso de Standard and Poor's, las calificaciones principales que otorga a los países deben interpretarse de la manera siguiente:
AAA -- La calificación más alta. El emisor tiene una capacidad para cumplir con sus compromisos financieros extremadamente fuerte.
AA -- El emisor tiene una capacidad para cumplir con sus compromisos financieros muy fuerte.
A -- El emisor tiene una capacidad para cumplir con sus compromisos financieros fuerte, aunque está más expuesta a los efectos adversos derivados de cambios en las circunstancias económicas que las anteriores
BBB -- Esta calificación se otorga a los títulos que presentan parámetros de protección adecuados. Condiciones económicas adversas o cambios coyunturales probablemente conduzcan al debilitamiento de la capacidad del emisor para cumplir con sus compromisos financieros.
Grecia 3.260, España 346
A partir de la calificación BBB, las calificaciones se consideran especulativas. Las calificaciones de AA a CCC pueden modificarse agregándoles un signo de más (+) o menos (-) para mostrar su posición relativa dentro de las principales categorías de calificación. En el caso de Grecia, por ejemplo, la calificación actual de S&P es de CC (obligación considerada muy vulnerable a un incumplimiento de pago). De hecho, la prima de riesgo de Grecia es actualmente de 3.260 puntos (2.434 puntos más que hace un año). Esa es la diferencia de rentabilidad de los bonos a 10 años griegos con los alemanes. En el caso de España, ese diferencial cerró este viernes en 346 puntos, 115 puntos más que en el 2010.
EDUARDO LÓPEZ ALONSO - EL PERIODICO DE CATALUNYA
COPIADO AQUI:
http://www.elperiodico.com/es/noticias/economia/una-guia-para-entender-que-calificacion-riesgos-1322283
2 comentarios:
No....... en tu blog ¡¡n0!!! estoy abrumada de todo esto....
No lo hare mas... lo siento...
:) jejeje
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