Rosa Veilchenblau, (*)
capturada por Grouchomaniaco
en el Roserar del Grec, junto al anfiteatro.
(*) NO ESTA RETOCADA... ES ASI DE BONITA.
LA ROSA AZUL
¡Que goce triste este de hacer todas las cosas como ella las hacía!
Se me torna celeste la mano, me contagio de otra poesía
Y las rosas de olor, que pongo como ella las ponía, exaltan su color;
y los bellos cojínes, que pongo como ella los ponía, florecen sus jardines;
Y si pongo mi mano -como ella la ponía- en el negro piano,
surge como en un piano muy lejano, mas honda la diaria melodía.
¡Que goce triste este de hacer todas las cosas como ella las hacía!
me inclino a los cristales del balcón, con un gesto de ella
y parece que el pobre corazón no está solo.
Miro al jardín de la tarde, como ella,
y el suspiro y la estrella se funden en romántica armonía.
¡Que goce triste este de hacer todas las cosas como ella las hacía!
Dolorido y con flores, voy, como un héroe de poesía mía.
Por los desiertos corredores que despertaba ella con su blanco paso,
y mis pies son de raso -¡oh! Ausencia hueca y fría!-
y mis pisadas dejan resplandores.
¡Que goce triste este de hacer todas las cosas como ella las hacía!
Se me torna celeste la mano, me contagio de otra poesía
Y las rosas de olor, que pongo como ella las ponía, exaltan su color;
y los bellos cojínes, que pongo como ella los ponía, florecen sus jardines;
Y si pongo mi mano -como ella la ponía- en el negro piano,
surge como en un piano muy lejano, mas honda la diaria melodía.
¡Que goce triste este de hacer todas las cosas como ella las hacía!
me inclino a los cristales del balcón, con un gesto de ella
y parece que el pobre corazón no está solo.
Miro al jardín de la tarde, como ella,
y el suspiro y la estrella se funden en romántica armonía.
¡Que goce triste este de hacer todas las cosas como ella las hacía!
Dolorido y con flores, voy, como un héroe de poesía mía.
Por los desiertos corredores que despertaba ella con su blanco paso,
y mis pies son de raso -¡oh! Ausencia hueca y fría!-
y mis pisadas dejan resplandores.
Juan Ramón Jimenez
6 comentarios:
Las rosas inspiran a los grandes poetas....Tú estás inspirado con la cámara de fotos...Preciosa. besos
La belleza de tus imagenes es genial, no comento las poesias porque raras veces las leo, no me atrae demasiado el genero.
Lo que al contrario del primer comentario, aplaudo la variedad de tus entradas, y creo que a veces influye nuestro humor y sentir del momento para que decidamos si colgamos una cosa u otra, creo que sobra el comentario, y que debemos respetar la creatividad y el gusto de los que dedicamos nuestro tiempo a esto, y si no nos gusta, elegimos otro blog o un partido de futbol, por ejemplo España vs Holanda.
saludos
TODOS LOS QUE POR AQUI PASAIS, PODEIS DEJAR VUESTRAS IMPRESIONES, PUEDO ESTAR O NO DE ACUERDO, PERO SALVO QUE SEAN OFENSIVAS, QUEDARAN AQUI REFLEJADAS.
GRACIAS.
Este lado poético de Juan Ramón Jiménez me encanta, y esta poesía es sencillamente preciosa.
Como la rosa morada que nos muestras.
Un placer.
Besos.
Es una rosa preciosa y el texto del poeta acompaña. Me encantan tus entradas dedicadas a las rosas y el amor aunque a otros la amargura les consuma. El amor es lo que hace del mundo un lugar habitable. ¿Qué seríamos sin él? Unos amargados, eso seríamos.
Un abrazo amigo.
Las floes de toda índole, a cual más hermosa, forman parte de tu vida y de tu entorno, Groucho.
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