HUEVOS Y YOGA (A VUELTAS CON LOS COJONES)

PARECE MENTIRA LA CANTIDAD DE POSTURAS,

QUE SE HACEN MEJOR SIN HUEVOS... DICE EL SEÑOR.

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Leído y copiado aquí: (Periódico El Garrofer)

http://www.elgarrofer.com/2010/06/un-senor-se-extirpa-los-testiculos-%e2%80%9cpara-poder-hacer-yoga-mas-comodamente%e2%80%9d.html

Un señor se extirpa los testículos “para hacer yoga más cómodamente” y luego deja de ir a clase por pereza...

“ME MOLESTABAN LOS COJONES sobre todo al hacer la postura matyendra y la postura del arco”, recuerda José Miguel Larrauri al explicar por qué se hizo amputar los genitales el pasado mes de mayo en una clínica veterinaria de Andorra “para estar más cómodo”.

Larrauri, que trabaja en una fábrica de calcetines, no consiguió que en ningún hospital accedieran a su petición y finalmente tuvo que recurrir a un veterinario amigo suyo “que me quitó los huevos como favor personal”.

A este vecino de Andorra la Vella no le parece extrema su decisión puesto que “después de iniciarme en el yoga, a las dos o tres sesiones pensé tal vez equivocadamente que iba a aficionarme a este ejercicio tan beneficioso y por lo tanto quería hacerlo bien”.

Se dio cuenta de que las mujeres “hacían las posturas mucho más fácilmente al no tener nada entre las piernas que les obstruyera” y luego pensó que él al fin y al cabo llevaba dos años sin usar sus testículos y además no tenía perspectivas de hacerlo.

“Por lo tanto en realidad fue como sumar dos más dos”, resume Larrauri con un hilillo de voz aguda.

Concretamente al hacer la torsión lateral con las piernas cruzadas conocida como matyendra, Larrauri explica que “no sabía dónde colocarme las pelotas para no aplastármelas”.

“Y luego al hacer el arco”, prosigue, “en que te tienes que poner en el suelo boca abajo y subir las piernas y los brazos, casi me revientan los cojones y pegué un grito que tuvieron que interrumpir la clase por el mal rollo que se generó”.

Larrauri reconoce que para las posturas de pie, “tener o no tener paquete no importa demasiado”. De modo que sólo se los ha amputado “para cuando haya que tumbarse boca abajo o hacer torsiones chungas en el suelo”.

Consultada por este periódico, la monitora de yoga que imparte las clases a Larrauri dijo que “lo que ha hecho este hombre es una barbaridad”, y luego aseguró que “además, después de hacérselo, sólo ha venido a clase un par de veces y luego no he vuelto a verle”.

A la pregunta de por qué ha dejado de ir a yoga después de extirparse los testículos, Larrauri contestó que se había dado cuenta que en realidad el yoga no era para tanto y que le sale más barato hacer estiramientos en el pasillo de su casa. “Si algún día veo que echo de menos a mis bolas, ya veré si me pongo unas prótesis”, dijo.

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