NIÑO CON GORRA DE LA F.A.I (BARCELONA)
Fotografió en Barcelona la nueva realidad que ofrecían los milicianos en las calles, los niños jugando entre las barricadas y las mujeres instruyéndose para la guerra en la playa; cerca del frente de Aragón el trabajo de los campesinos; las dificultades y la huida de la población civil en el frente sur, cerca de Córdoba; el cerco de Madrid y la vida en las trincheras; la batalla de Guadalajara donde testimonia la victoria de las tropas republicanas; a las víctimas de la guerra en un hospital de Valencia y a los huérfanos en un orfanato de Madrid; la situación en el frente de Segovia; la actividad de los dinamiteros en la defensa de Madrid; el II Congreso Internacional de Escritores por la Defensa de la Cultura en Valencia y Madrid; y finalmente los combates de la ofensiva de Brunete donde encontró la muerte.
Comenzó fotografiando la revolución y acabó registrando la guerra, pasó de registrar la realidad a testimoniar el acontecimiento, simbolizando y vehiculando con sus imágenes las necesidades de la República. En su trabajo se observa que cada vez fotografiaba más cerca, desde dentro, como venía a reclamar Capa en su célebre frase, pero su cercanía parece tener una doble faceta que la caracteriza. Por una parte, aceptar y explorar el riesgo de su profesión como reportera para captar las mejores y más audaces imágenes, algo que sin duda llegó a desarrollar eficazmente. Pero también como expresión de un espíritu de militancia que tenía mucho que ver con el que animaba a las Brigadas Internacionales, dada su condición de refugiada y su clara posición antifascista, por el que fue implicándose cada vez más con una situación que sentía como propia.
Sus fotos muestran la proximidad y la espontaneidad, quizás intuición, de quien sabe y asume que con cada disparo de su cámara está construyendo una toma de posición. La misma claridad y firmeza que Gerda Taro, más allá de los estereotipos que han rodeado su figura, desplegó para afrontar su vida. François Maspero, autor también de una poética biografía sobre Taro, titulada precisamente La sombra de una fotógrafa, lo expresa bien cuando afirma: "...todo en ella es política. Su vida, su comportamiento, sus fotos. Política en el sentido más amplio y más justo, que es sentirse concernido por su tiempo. De vivirse como sujeto y no sólo como objeto. Sujeto de la Historia y sujeto de su propia historia.
Fotografió en Barcelona la nueva realidad que ofrecían los milicianos en las calles, los niños jugando entre las barricadas y las mujeres instruyéndose para la guerra en la playa; cerca del frente de Aragón el trabajo de los campesinos; las dificultades y la huida de la población civil en el frente sur, cerca de Córdoba; el cerco de Madrid y la vida en las trincheras; la batalla de Guadalajara donde testimonia la victoria de las tropas republicanas; a las víctimas de la guerra en un hospital de Valencia y a los huérfanos en un orfanato de Madrid; la situación en el frente de Segovia; la actividad de los dinamiteros en la defensa de Madrid; el II Congreso Internacional de Escritores por la Defensa de la Cultura en Valencia y Madrid; y finalmente los combates de la ofensiva de Brunete donde encontró la muerte.
Comenzó fotografiando la revolución y acabó registrando la guerra, pasó de registrar la realidad a testimoniar el acontecimiento, simbolizando y vehiculando con sus imágenes las necesidades de la República. En su trabajo se observa que cada vez fotografiaba más cerca, desde dentro, como venía a reclamar Capa en su célebre frase, pero su cercanía parece tener una doble faceta que la caracteriza. Por una parte, aceptar y explorar el riesgo de su profesión como reportera para captar las mejores y más audaces imágenes, algo que sin duda llegó a desarrollar eficazmente. Pero también como expresión de un espíritu de militancia que tenía mucho que ver con el que animaba a las Brigadas Internacionales, dada su condición de refugiada y su clara posición antifascista, por el que fue implicándose cada vez más con una situación que sentía como propia.
Sus fotos muestran la proximidad y la espontaneidad, quizás intuición, de quien sabe y asume que con cada disparo de su cámara está construyendo una toma de posición. La misma claridad y firmeza que Gerda Taro, más allá de los estereotipos que han rodeado su figura, desplegó para afrontar su vida. François Maspero, autor también de una poética biografía sobre Taro, titulada precisamente La sombra de una fotógrafa, lo expresa bien cuando afirma: "...todo en ella es política. Su vida, su comportamiento, sus fotos. Política en el sentido más amplio y más justo, que es sentirse concernido por su tiempo. De vivirse como sujeto y no sólo como objeto. Sujeto de la Historia y sujeto de su propia historia.
5 comentarios:
¡Qué buena foto carajo! Da gusto ver buenas fotos carajo ¡Viva el Perú, carajo! Suerte.
Pues.............que viva Perú!!!!!!!! (....)
Grocho...
me ha gustado mucho esta serie sobre Capa. Había visto muchas fotos de las que reprodujiste, pero no sabía nada del trasfondo.
Ahora las veo diferentes, intensas.
Me da pena que sea la última entrada...irás a la muestra?
Quizás puedas contarnos tu impresión.
La otra vez decía, qué lástima morir tan joven!!! Pero luego pensé que vivir no tiene que ver con la duración de la vida, sino con la elección que se hace de cómo vivirla. Creo que Gerda eligió y corrió los riesgos...pero claro, uno tiñe todo esto de romanticismo, si fuera mi hija no diría lo mismo.
Un beso Groucho...y gracias!!!!
Siempre nos han encantado este tipo de fotografías. Ya sabes que tenemos predilección por los documentos gráficos antiguos y la historia que cada uno de ellos encierra.
Fotos inolvidables de fotógrafos que hicieron grande y universal este arte.
Un abrazo.
GRACIAS POR VUESTRAS PALABRAS... BASURERO A TI TAMBIEN.
¡Viva el Perú, carajo!
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