...unos recortan y recortan (derechos y vidas) entre aplausos de sus complicesysinembargocorreligionarios (compañeros, camaradas, colegas, condiscípulos, cofrades, socios, amigotes, etc...) Otros sin embargo componen odas...
ODA A LAS TIJERAS
Prodigiosas
tijeras
(parecidas
a pájaros,
a peces),
bruñidas sois como las armaduras
de la caballería.
De dos cuchillos largos
y alevosos,
casados y cruzados
para siempre,
de dos
pequeños ríos
amarrados,
resultò una cortante criatura,
un pez que nada en tempestuosos
lienzos,
un pájaro que vuela
en
las peluquerías.
Tijeras
olorosas
a
mano
de la tía
costurera,
cuando con su metálico
ojo blanco
miraron
nuestra
arrinconada
infancia
contando
a los vecinos
nuestros cobos de besos y ciruelas.
Allí
en la casa
y dentro de su nido
las tijeras cruzaron
nuestras vidas
y luego
cuánta
tela
cortaron y cortaron
para novias y muertos,
para recién nacidos y hospitales
cortaron,
y cortaron,
y el pelo
campesino
duro
como planta en la piedra,
y las banderas
que luego
fuego y sangre
mancharon y horadaron,
y el tallo
de las viñas en invierno,
el hilo
déla
voz
en el teléfono.
Unas tijeras olvidadas
cortaron en tu ombligo
el hilo
de la madre
y te entregaron para siempre
tu separada parte de existencia;
otras, no necesariamente oscuras,
cortarán algún día
tu traje de difunto.
Las tijeras
fueron
a todas partes:
exploraron
el mundo
cortando
por igual
alegría
y tristeza:
todo fue paño
para las tijeras:
titánicas
tijeras
de sastrería,
bellas como cruceros,
minúsculas
que cortan uñas
dándoles forma de menguante ¡una,
delgadas,
submarinas tijeras
del cirujano
que cortan el enredo
o el nudo equivocado en tu intestino,
Y aquí con las tijeras
de la razòn
corto mí oda,
para que no se alargue y no se encrespe,
para que
pueda
caber en tu bolsillo
plegada y preparada
como
un par
de tijeras.
NERUDA (1965)
tijeras
(parecidas
a pájaros,
a peces),
bruñidas sois como las armaduras
de la caballería.
De dos cuchillos largos
y alevosos,
casados y cruzados
para siempre,
de dos
pequeños ríos
amarrados,
resultò una cortante criatura,
un pez que nada en tempestuosos
lienzos,
un pájaro que vuela
en
las peluquerías.
Tijeras
olorosas
a
mano
de la tía
costurera,
cuando con su metálico
ojo blanco
miraron
nuestra
arrinconada
infancia
contando
a los vecinos
nuestros cobos de besos y ciruelas.
Allí
en la casa
y dentro de su nido
las tijeras cruzaron
nuestras vidas
y luego
cuánta
tela
cortaron y cortaron
para novias y muertos,
para recién nacidos y hospitales
cortaron,
y cortaron,
y el pelo
campesino
duro
como planta en la piedra,
y las banderas
que luego
fuego y sangre
mancharon y horadaron,
y el tallo
de las viñas en invierno,
el hilo
déla
voz
en el teléfono.
Unas tijeras olvidadas
cortaron en tu ombligo
el hilo
de la madre
y te entregaron para siempre
tu separada parte de existencia;
otras, no necesariamente oscuras,
cortarán algún día
tu traje de difunto.
Las tijeras
fueron
a todas partes:
exploraron
el mundo
cortando
por igual
alegría
y tristeza:
todo fue paño
para las tijeras:
titánicas
tijeras
de sastrería,
bellas como cruceros,
minúsculas
que cortan uñas
dándoles forma de menguante ¡una,
delgadas,
submarinas tijeras
del cirujano
que cortan el enredo
o el nudo equivocado en tu intestino,
Y aquí con las tijeras
de la razòn
corto mí oda,
para que no se alargue y no se encrespe,
para que
pueda
caber en tu bolsillo
plegada y preparada
como
un par
de tijeras.
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