Este poema pertenece a la pieza teatral Doña Rosita la soltera o El lenguaje de las flores (editorial Espasa-Calpe, colección Austral, núm. 197) , en el que por medio de la metáfora, García Lorca recrea un tema de larga tradición literaria: la duración efímera de la rosa, comparable a la de la vida humana.
Cuando se abre en la mañana,
roja como sangre está:
el rocio no la toca
porque se teme quemar.
Abierta en el mediodía,
es dura como el coral:
el sol se asoma a los vidrios
para verla relumbrar.
Cuando en las ramas empiezan
los pájaros a cantar
y se desmaya la tarde
en las violetas del mar,
se pone blanca, con blanco
de una mejilla de sal;
y cuando toca la noche,
blando cuerno de metal,
y las estrellas avanzan
mientras los aires se van,
en la raya de lo oscuro
se comienza a deshojar.
3 comentarios:
¿no pensaste nunca llamar a tu blog Historias de las rosas? ja ja Besos
buena lectura para una tarde de domingo en que uno, está meláncolico porque se termina el fin de semana que dura como una rosa roja
beso
Poesia y rosas, que buena combinación para una tarde de domingo, o para cualquier comento de relax.
Una abraçada,
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