Otro mundo es posible acaba en un cubo de basura" o «¿Esto es Barcelona?»

FOTO DE INTERNET-CARGA POLICIAL EN LA PLAÇA CATALUNYA

Leido en el "PERIODICO DE CATALUNYA":

«Esto nos hace más fuertes»

 Los acampados celebran como una victoria el fin de la operación policial y reconstruyen el campamento. La actitud pacífica de la inmensa mayoría evitó males mayores ante las cargas.

 Siete de la mañana. Hace más de una hora que un helicóptero revolotea por el centro de la ciudad. Las persianas suben y nadie en el Raval sabe qué pasa. A las 7.30, dos jóvenes cruzan corriendo la plaza del Macba. Uno llama por el móvil. «Están desalojando», dice, y llama a otro y repite lo mismo. En Elisabets, varias personas también corren. No se conocen entre ellas, pero todas tienen el móvil en la mano y dicen que si hay un helicóptero es porque desalojan.
 En la plaza de Catalunya, a esa hora, hay dos cordones policiales. El primero, el de los antidisturbios de los Mossos d’Esquadra. Dentro, la Guardia Urbana recoge enseres sin que los acampados opongan resistencia. Una treintena de operarios de BCNeta
 miran con timidez a las personas que empiezan a concentrarse alrededor de la plaza mientras arrancan papeles de las estatuas: Otro mundo es posible acaba en un cubo de basura.
 A las 8.30 ya hay mucha gente en los laterales de la plaza, la mayoría con cara de sueño. Iban al trabajo y se han topado con el barullo. Unos chicos provocan a la policía; otros piden calma, manos al aire. Una anciana anima a los Mossos a no seguir las órdenes «de arriba». El policía dice que no están «desalojando», que están «limpiando». La señora se enfada.
 Flores, cánticos y porras
 Poco a poco el ambiente se tensa. «¡Se llevan los ordenadores!», grita alguien. Llegan grupos de gente muy enfadada. Uno de ellos intenta pinchar las ruedas de un camión de limpieza y, de nuevo, desde la plaza se pide contención. De hecho, los in adignados se ponen a cantar. La policía no está para cánticos y levanta las porras. «¡Calma, calma!», implora una señora que lleva 15 minutos hablando de paz por un megáfono.
 La plaza de Catalunya es lo bastante grande para que sucedan cosas muy distintas en muchos lados. Frente a la Fnac, un chico reparte flores y la gente aplaude a los Mossos porque uno de ellos coge un clavel. A las 10.00, en la esquina con la Rambla de Catalunya empiezan los gritos y el estruendo de salvas y pelotas de goma. La policía carga contra la gente que se ha sentado en el suelo para que los camiones no se lleven el material decomisado. «Estábamos sentados pacíficamente y nos han dado. No llevaban identificación. Eso es ilegal», dice un chico con una marca de porra en el brazo mientras en el lateral se siguen repartiendo flores hasta que los disparos son tantos que la gente se asusta y baja corriendo. 
  Menos de una hora después, otra carga, para despejar la ronda de Sant Pere. «Qué difícil es construir y qué fácil es destruir. No nos merecíamos esto», dice una chica entre lágrimas. «No he venido aquí a hacerme el héroe. Si me hubieran avisado para que me apartara, lo habría hecho enseguida. Pero solo me ha dado tiempo de levantar los brazos y cubrirmepartara, lo habría hecho enseguida. Pero solo me ha dado tiempo de levantar los brazos y cubrirme la cabeza», explica Lluís, con un porrazo en la mano y otro en el muslo. En el lado de la Rambla de Catalunya, las ambulancias se llevan a los heridos.
 «¿Esto es Barcelona?»
 La gente mira, hace fotos, se indigna y llama para que más y más ciudadanos acudan a la plaza. Hay insultos a los Mossos, pero son muchísimas más las voces que claman «no más violencia» y «no caeremos en las provocaciones». Dentro, los acampados cantan y piden «seny». Corren papeles en los que se lee Resistencia pacífica. Se ha hecho una colecta para las fotocopias. Muchas manos al aire, mucho cartel de No a la violencia escrito a mano, mucho corazón. Silbidos a los mossos y a los camiones, aplausos a los que traen botellas de agua para resistir bajo tanto sol. Un chico lleva un tubo de crema y la comparte, «para que no nos quemen». Las redes sociales sí que arden. 
  Poco antes de las 13.00, la tensión crece por momentos. Los Mossos responden a porrazos al goteo de gente que intenta saltarse el cordón y entrar en la plaza. Algunos indignados se indignan aún más, pero la inmensa mayoría siguen sentados y pidiendo calma. Quién sabe qué habría podido ocurrir si esa chispa prende.
 Entonces los camiones empiezan a salir de la plaza. Ida y venida de gente corriendo y disparos al aire, bajo la presencia intimidadora del helicóptero. «¿Esto es Barcelona?», dice una mujer que pasaba por ahí y ahora corre con un bebé en brazos hacia el Portal de l’Àngel.
 Dentro, la gente alza las manos, canta, se sienta desafiante y si cargan, corre. Un agente dice: «Si no llevara el uniforme, estaría con los chicos, pero lo llevo puesto». Poco después de las 13.00 horas, ya no quedan camiones. La policía también se va.
 Para los indignados, «es una victoria». La plaza se llena de besos, abrazos, vítores. Unos despiden al helicóptero con humor, saludándolo con la mano. Otros, los más, con el dedo corazón enhiesto. Y empieza la reconstrucción. Decenas de jóvenes sostienen las lonas –de nuevo manos alzadas–, otros tiran y atan cuerdas – «¿alguien tiene un arma blanca?», pregunta uno– y las varillas reaparecen de no se sabe dónde, Las carpas han vuelto. «Ha sido entre horrible y magnífico. No había ninguna razón para que la policía hiciera eso. Pero ver a tanta gente con nosotros... –explica Joan, de 17 años–. Esto nos hace mucho más fuertes». «A aguantar», diceVicente, de 65 años, que al saber lo que ocurría ha venido con su silla de ruedas «a apoyar a los chicos».

COPIADO AQUI:

http://epreader.elperiodico.com/APPS_GetPlayerZSEO.aspx?pro_id=00000000-0000-0000-0000-000000000001&fecha=20110528&idioma=0&doc_id=1bcf53f0-abc4-4c66-bd9e-3de3709bb799

YO NO ESTOY INDIGNADO... NO...

!!!ESTOY MUY CABREADO¡¡¡

REALMENTE, ¿Esto es Barcelona?