Sabía que le amaba. Eso no había cambiado. La misma noche anterior había hecho el amor de forma frenética, como alguien que saciara una sed terrible. Y después de que él quedara satisfecho había rodado encima de él, besándole con avidez, jadeando entre su barba mientras gozaba una y otra vez, hasta quedar tan exhausta de placer que no pudo seguir.
Querido Groucho leo y releo lo escrito de Ken Follett. hermoso
ResponderEliminares la palabra que yo describo.
no sé de donde has sacado la afoto
pero refleja en ella mi mundo,mi
habitat,mal vivo en una especie de
cuadrado, y lo más importante con
una red o reja en lo alto que por mas que me pegue a ella no hay salida.(me cuesta a veces entrar en tu blog)temo tus reflexiones pero "gracias por todo Maestro"